domingo, 4 de diciembre de 2011

Valentí Almirall


Valentí Almirall i LLozer, nació en Barcelona el 8  de mayo de 1841.
Estudió en los mejores colegios de Barcelona, hablaba varias lenguas y se licenció en Derecho en 1863, si bien sólo intervino ante los tribunales en unas pocas ocasiones en defensa de publicaciones cercanas a su pensamiento.

Su actividad política relevante comenzó en 1868 al participar en la revolución que aquel año derrocó a Isabel II y ser designado concejal por la junta revolucionaria de Barcelona.

Alistado en las filas republicano-federalistas encabezadas por Pi i Margall, dio a la luz sus primeros escritos políticos, como Guerra a Madrid y Bases para la Constitución federal de la Nación Española y para el Estado de Cataluña, dirigidos a propagar su ideario federalista y contrario a la administración centralista.
Durante sus años de actividad política publicó varios cientos de artículos, la mayoría de ellos en castellano, que ejercieron gran influencia en el incipiente catalanismo político.

A lo largo de su vida promovió y dirigió varias publicaciones de ideología republicana federal. Una de las más importantes fue El Estado Catalán, autotitulado diario republicano-federalista intransigente, que se editó en Barcelona de julio de 1869 a junio de 1870 y en Madrid, ya proclamada la Primera República, de marzo a junio de 1873, tras lo que habría de cerrar a causa de sus muy escasas ventas. De mayo de 1879 a junio de 1881 publicó el Diari Català, que pasaría a la historia por ser el primer diario en lengua catalana.

En 1881 rompió con Pi i Maragall, por considerarle el dirigente federalista de Madrid, mientras él pretendía hacer una política más centrada en Cataluña y sus problemas.

En 1880 organizó el primer Congreso Catalanista, en el que se evidenciaron dos bloques: por un lado estaban quienes, representados por la revista La Renaixença, centraban su interés en la recuperación de la cultura y tradiciones catalanas; por otro, entre los que estaba Almirall, estaban los que estaban interesados en dar un enfoque político a sus reivindicaciones.
Valentí Almirall fue el primer y principal promotor del salto hacia la política que el catalanismo, hasta entonces dedicado a las labores lingüísticas y culturales, acabó dando en los años finales del siglo XIX, sobre todo a partir del desastre de 1898.

Marcelino Menéndez Pelayo, que tanto apoyo había dado al esfuerzo recuperador de la lengua catalana y que tanto había colaborado con los autores de la Renaixença, criticó duramente la deriva del catalanismo y lamentaba que se desvirtuara el carácter literario que tuvo al principio.

Almirall formó parte de la comisión que en 1885 redactaron y presentaron a Alfonso XII un informe titulado: Memorial de Greuges (Memorial de Agravios), junto a Mariano Maspons, Àngel Guimerà y Jacinto Verdaguer:



En 1886 Almirall publicó su obra fundamental, Lo catalanisme, primera exposición sistemática de la doctrina política catalanista. Aunque esta obra resulta un pilar básico para nacionalistas e independentistas Almirall combatió siempre la idea de que la solución para Cataluña era el separatismo:

"Nosotros no aspiramos a la independencia. Por muchos y grandes que sean los agravios recibidos; por más degenerados que nos veamos por culpa en gran parte de otros, no hay hoy en Cataluña quien sea reflexivamente separatista, ni lo seremos sino en el último extremo (...) El catalanismo regionalista aspira, sí, a romper la unidad uniformadora que nos oprime, pero con igual fuerza desea la unión que ha de darnos salud y fuerza”.

Almirall moría en su ciudad natal el 20 de junio de 1904, dos años después de haber publicado su obra capital, Lo catalanismo, en castellano. Para dicha edición escribió un prólogo que ha sido sistemáticamente olvidado y ocultado, incluso ha sido eliminado de las reediciones, durante un siglo.

Ésta es la transcripción de buena parte de dicho prólogo:

"A muchos se hará extraño que, después de algunos años de apartamiento completo de la vida pública y teniendo o poco menos (puesto ya el pie en el estribo), salgamos ahora con una edición, en castellano por añadidura, de nuestras obras y escritos políticos y literarios, que quizá aparecerán trasnochados y pasados de moda y aun ridículos a los ojos de esta generación de catalanistas que a fuerza de exageraciones patrioteras ha llegado a descubrir  que, como los antiguos griegos, pero sin tener los fundamentos que éstos tenían, ha de declarar bárbaros a los no catalanes, y aun a los que no piensan, hablan y rezan como ellos, aunque hayan nacido en Cataluña.
Precisamente volvemos a publicarlos, y lo hemos puesto en la lengua más general de la nación de que formamos parte, para que sean más los que nos comprendan y evitar así que jamás se pueda por nadie con aquéllos confundírsenos.

Fuimos los primeros, o de los primeros a lo menos, en pregonar y propagar las excelencias del regionalismo en general y las ventajas que del mismo podría reportar nuestra patria catalana, y no han pasado todavía treinta años que hemos de hacer constar que nada tenemos de común con el catalanismo o regionalismo al uso, que pretende sintetizar sus deseos y aspiraciones en un canto de odio y fanatismo, resucitado o medio resucitado de un período anormal y funesto de la historia de nuestras disensiones.

Desde que en 1869 condensamos las teorías federalistas con aplicación a nuestra patria (...) siempre hemos visto en el federalismo regionalista (...) la más perfeccionada organización política de cuantas se han ideado para hacer posible la unión de mayor número de pueblos, espontáneamente y sin necesidad de atentar a sus autonomías.
Además de tales ventajas de carácter general y verdaderamente civilizador, siempre hemos visto y pregonado en el federalismo regionalista la particular de ser el sistema de organización que mejor se ha de adaptar a las regiones de España en general, y en especial a la nuestra. De manera que para nosotros es circunstancia afortunada el poder simultáneamente trabajar en pro de nuestra región y de la nación que formamos parte, contribuyendo con ello además a la general mejora y al progreso humano.

¡Que distancia tan enorme media entre nuestro regionalismo federalista que armoniza y une, y como el Hércules de la leyenda "separando junta" y esa tendencia que no se propone más que enemistad y separar!

En hora buena que los separatistas por odio y malquerencia sigan los procedimientos que crean que mejor les llevan a su objetivo, pero no finjan, ni mientan, ni pretendan engañarnos. El odio y el fanatismo sólo pueden dar frutos de destrucción y tiranía; jamás de unión y concordia. Pretender buscar la armonía entre las regiones españolas que han de vivir unidas, por el camino de los insultos, o al menos de los recelos, nos hace el efecto de dos que están prometidos para el matrimonio y emplean el tiempo que duran sus relaciones preparatorias en insultarse y rebajarse el uno al otro en competencia.
Todos hemos de ver el enemigo común en el sistema hasta hoy directivo de la organización nacional, y contra él nos hemos de considerar aliados y amigos todos los que somos sus víctimas.

Tal ha sido siempre nuestra convicción que hemos defendido y propagado desde hace treinta años. Nada tendría de extraño que durante tan larga fecha alguna vez nos hubiésemos dejado arrastrar por alguna preocupación momentánea y de detalle, pero en el fondo siempre nuestra propaganda ha tendido a nuestro ideal.
Jamás hemos entonado ni entonaremos Los Segadors, ni usaremos el insulto ni el desprecio para los hijos de ninguna de las regiones de España”
.

También dedicó Almirall unas líneas del prólogo a la cuestión lingüística:

"Respecto al uso hablado y escrito de nuestra lengua catalana, hemos siempre sostenido el mismo criterio y mantenido el mismo punto de vista. Por dignidad, por justicia, pedimos dentro de nuestra región y para los poderes o autoridades que la representan y dirigen, la cooficialidad o la igualdad de derechos entre aquélla y la general de España (...). Nunca hemos aspirado a imponerla, no ya a ninguna parte de España, pero ni aun a nuestra misma región: nos basta con poder hablarla y escribirla oficialmente y con que en ella deban entendernos y puedan en ella hacerse entender los que ocupan puestos oficiales (...). Pues que nuestro país posee dos lenguas, y una de éstas es de las que más extendidas están en el mundo civilizado, ya que todas las personas regularmente ilustradas hablan las dos y aun las más incultas mejor o peor las entienden, locos seríamos si no procuráramos conservar tal ventaja, siguiendo y mejorando su cultivo.
No tenemos ni nos importan un comino las excomuniones que nos valdrá esta exposición de nuestro criterio”.

Víctor Balaguer y la Patria


Víctor Balaguer, “Los Reyes Católicos, en Historia General de España”, página 516.

“En otros pueblos, sobre todo en sus literaturas, no existe ningún sentimiento predominante que les imprima sello y carácter, sucediendo, por lo general, que sus autores y sus poetas van a recoger sus ideas, sus asuntos y hasta su inspiración fuera del centro en que viven y se mueven; pero en los españoles; pero en el canto de Altabiskar de los eúskaros; pero en el poema del Cid de los castellanos; pero en el cancionero montañés de las regiones pirineas; pero en las añoranzas de los catalanes y en la morriña de los gallegos; pero en el castellano Cervantes y en el lemosín Ausias March y el lusitano Camoëns; pero en nuestros líricos del siglo de oro y en nuestros monumentales romanceros, hay un móvil que supera a todos, un sentimiento que a todos domina, que seduce, que arrastra, que se impone: la patria, la patria española con sus cielos esplendorosos que hacen pensar y creer en Dios; con sus mares inmensos e infinitos, que hacen pensar y también creer en la libertad y en la independencia; con sus agrias montañas que escalan el cielo y son hogar de leyendas y de glorias; con sus rios como el Duero y el Tajo que, naciendo en los montes de Castilla y de Aragón no quieren arrojarse en manos del Océano sin antes cruzar el Portugal, como para recordarle que es tierra española; con sus maravillas orientales de Córdoba y Granada, sus leyendas místicas de bizantinos cenobios, sus recuerdos de capa y espada de Madrid y de Toledo, sus anales caballerescos de León y Burgos, sus gesta épicas de la robusta Asturias, sus peregrinas tradiciones de la verde Galicia, sus empresas marítimas y sus fastos consulares de la ingente Cataluña, sus trovas levantinas de la bella Valencia, sus varoniles enseñanzas del indómito Aragón, sus rudas empresas de los valles eúskaros, sus dulces marinadas de las orillas mediterráneas, y sus estruendosas tormentas de las mares cantábricas: que todo es la patria, que todo es España, nuestra santa España para la cual emprende el astur la reconquista, para la cual canta Camöes en castellano, para la cual lidia el catalán en los riscos del Bruch y en los muros inmortales de Gerona, para la cual combate el navarro en Roncesvalles, para la cual Cristóbal Colón hace brotar un nuevo mundo de entre las olas, para la cual, en fin, el extremeño Hernán Cortés va a conquistar la Nueva España y el vasco Elcano a dar la vuelta al mundo; España, la tierra que nos sustenta, el cielo que nos cobija, la que es tumba de nuestro padres y ha de serlo de nuestros hijos, la bandera bajo cuyos pliegues todos cabemos, y la idea que nos une a todos y a todos nos hace hermanos”.

Porrón


El porrón es un recipiente tradicional español.




Su origen se encuentra en las regiones de Aragón, Valencia y Cataluña, y más tarde se extendió por todo el territorio español.


El escritor francés Alejandro Dumas en 1872 menciona en su libro “De París a Cádiz” como en las tierras de Aragón se bebía con una botella de cristal en lo que los lugareños mencionaban “a gargallo”.
El porrón es habitual en comidas populares i festivas. En Cataluña es frecuente en “calçotades” y “cargolades”.


Hay una tradición popular en Cataluña que dice que si por accidente una persona rompe un porrón y vierte el vino que contenía, es señal segura de buena suerte. Pero si se hace apropósito trae mala suerte.

martes, 1 de noviembre de 2011

Alfonso XII y Cataluña




El nuevo rey, Alfonso XII, con la aureola de su juventud y simpatía, así como las esperanzas que suscitaba –según constata Soldevila- eligió como lugar de llegada a su reino el puerto de Barcelona, que le ofreció un recibimiento entusiasta, parece que al menos tan sincero y auténtico como en los mejores precedentes de sus regios antepasados… “Madre mía –decía el rey en telegrama a su madre, la reina Isabel- el recibimiento que me ha hecho Barcelona excede a mis esperanzas y excedería a tus deseos…”

Don Alfonso visitó el Fomento del Trabajo Nacional y en respuesta al discurso del presidente Pedro Bosch y Labrús, discurso proteccionista, dijo:

“Si lograse hacer de toda España una Barcelona, estoy seguro de que habría hecho de mi patria una gran nación”.

Una comisión le entregó al rey Alfonso XII  un Memorial que se titulaba “Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña”, más conocido como “Memorial de Greuges” (más información:

http://elprincipatdecatalunya.blogspot.com/2009/11/memorial-de-greuges.html)

La comisión estaba integrada por personalidades de la taya de Jacinto Verdaguer, Àngel Guimerà o Federic Soler. Ante este memorial el rey expresó:

“Cataluña puede llevarse la seguridad de que seré su abogado, y abogado convencido, en las cuestiones de su industria y de sus leyes, porque en cuanto a la primera soy proteccionista y tan individualista como la comisión en lo que respecta a la segunda”.

Los catalanes en la historia de España, págs. 209-211

Jordi Pujol


Joan Cortada


"Desde ella (Guerra de Independencia) ha cundido por España un nuevo orden de ideas que han traído un nuevo orden de hechos; cesaron esas rivalidades, menguaron esos odios (por la Guerra de Sucesión), y las diferencias que todavía existen son hijas del carácter y de las tendencias particulares, cuya extinción es imposible; pero que un gobierno sabio debe estudiar, tener siempre en cuenta, conllevar hasta donde el ataque pueda ser peligroso; y de esta manera el tiempo, auxiliado por la prudencia y el talento, harán que los catalanes sean cual los demás españoles, así como los mismos medios conseguirán que un andaluz se diferencie menos de un gallego, un valenciano de un navarro, de lo que se diferencian en nuestros días.

Quiera el cielo que esta obra se lleve a cabo; y entonces los nombres de los antiguos reinos que han venido a formar la nación española, le servirán tan solo para señalar los territorios, mas no para significar diferencias de más importancia y trascendencia.
Entre tanto los catalanes, como súbditos de la Corona de España, consideran a los demás españoles como a hermanos, y su único anhelo es ver grande y poderosa la patria común, para lo cual nunca dejarán de contribuir con todo el esfuerzo de que son capaces. Perdóneseles el noble orgullo de querer estar a la cabeza del comercio, de la navegación y de la industria de España, que no disputan ellos a las demás provincias otras glorias que respetan y que admiran, porque en su carácter está acatar todo aquello en que hay importancia y hay grandeza.  Perdóneseles que tal cual vez en verso y prosa escriban la lengua de sus padres, la que les enseñó en la cuna el cariño de la madre, la que usan para alabar a Dios y para postrarse a los pies del sacerdote. (…) Santo es el amor a la patria, y la patria nuestra es Cataluña".

Joan Cortada i Sala, “Cataluña y los catalanes” páginas 61 y 62.


Joan Cortada (Barcelona, 1805 - Sant Gervasi de Casoles, 1868)

Renunció a su empleo de agente fiscal de la Audiencia de Barcelona (1828) para dedicarse a la literatura. 
Fue catedrático de la Universidad de Barcelona.
Colaboró en el Diario de Barcelona (1838-1841), bajo el seudónimo de Abem Abulema, y en El Telégrafo, con la firma de Benjamín.

Cortada adaptó su novela La heredera de Sangumí para hacer años más tarde el libreto de la ópera Gualtero de Monsonís (1857), que se convierte en la primera producción lírico-dramática de autor español que pone en escena el Liceo de Barcelona; otro libreto de ópera suyo fue Arnaldo de Erill. Tradujo al catalán La Fuggitiva de Tomás Grassi con el título de La noia fugitiva (1834), pero prefirió siempre el castellano y en él escribió sus obras históricas Las revueltas de Cataluña (1838) y también Cataluña y los catalanes (1860), esta última una defensa de la autonomía de Cataluña dentro de España.

Pronunció el discurs presidencial de los juegos florales de Barcelona, el 1864, a la restauración de los cuales (1859) había contribuido decisivamente.

jueves, 6 de octubre de 2011

Responsabilidad del Presidente Companys


Al amanecer del domingo 19 de julio de 1936 se produjo la sublevación en Cataluña. Los militares sublevados fueron hostigados desde el inicio de su salida de los cuarteles, y no llegaron siquiera a alcanzar sus objetivos iniciales.

Tras el golpe militar fallido Companys toma la decisión de armar al pueblo. Se crea el caos en Cataluña, muy especialmente Barcelona, y los partidos de extrema izquierda y los sindicatos asumen el control en las calles.

Conscientes de su fuerza los dirigentes de la CNT-FAI se reunieron el día 20 y decidieron no dejar pasar la ocasión propicia para tomar el control. Fueron a hablar con Companys.

Lluís Companys recibió en su despacho a los jefes revolucionarios Durruti y García Oliver, con sus fusiles, cartucheras y el polvo de las batallas callejeras. El presidente de la Generalidad, completamente entregado, les pidió perdón por haber estado contra ellos y reconoció que eran los dueños de la ciudad: “Si queréis que siga siendo el presidente de Cataluña, yo seré un soldado más contra el fascismo”.

El 21 de julio, un Decreto de la Presidencia de la Generalidad creaba el “Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña”. Era una organización de índole popular que asumiría la dirección económica, militar y política de la vida catalana, al frente de la cual continuaba figurando nominalmente el Gobierno de la Generalidad. La Generalidad se limitó a confirmar, por medio de decretos, las decisiones adoptadas por el “Comité”.

Desde el 20 de julio había comenzado la caza del hombre por el hombre. Las gentes de derechas, los católicos, los propietarios, los empresarios y, especialmente, los sacerdotes y religiosos fueron perseguidos con saña, como si de alimañas se tratara. Las cunetas de Cataluña comenzaron a cubrirse de cadáveres. Las cárceles, vaciadas de sus normales inquilinos, se llenaron de gentes de ideología contraria; algunos partidos del Frente Popular montaron sus propias cárceles.

La prensa barcelonesa el 5 de agosto de 1936 publicaba la siguiente nota: “Según nota facilitada por el Negociado de Cementerios, hasta el día 3 del actual, fueron inhumados en las diversas necrópolis de Barcelona quinientos once cadáveres” todos muertos violentamente.

Como nos indica Ramón Salas Larrazábal las ejecuciones en Cataluña durante el Frente Popular, con una Generalidad entregada a los extremistas de izquierda fueron 14.886. Salas dice también que la represión franquista tras la guerra produjo cerca de 4.000 víctimas, cifra muy similar a la que nos da Josep María Solé i Sabaté sobre las ejecuciones como consecuencia de los Consejos de Guerra. Aunque esas casi 4.000 víctimas alcanzan hasta 1961, es decir, que está incluida la represión del llamado “maquis” o guerrilla, tanto individual, como el organizado militarmente.

La represión indiscriminada e incontrolada que se produjo en Cataluña tras el 19 de julio motivó la escapada de miles de perseguidos, muchos de los cuales lograron llegar a la zona llamada nacional.

Como hemos visto, el presidente Companys entregó el poder a las fuerzas de extrema izquierda, abdicando en sus funciones de mantener el orden público, y permitiendo la terrible represión sufrida por una parte de la población catalana.


BIOGRAFÍA:

“Otra Historia de Cataluña”, Marcelo Capdeferro.

“Los catalanes en la historia de España”, José Antonio Vaca de Osma.

La conjunción copulativa “i” que separa los apellidos


Uno de los elementos característicos de la lengua catalana es separar los apellidos con una “i”.
Lo que muchos no saben es que esta tradición es una tradición castellana.

Todo comenzó a partir del siglo XVI cuando las familias nobles catalanas comenzaron a imitar esta costumbre practicada desde hacia tiempo por la nobleza castellana.

En la web de La societat catalana de Geneologia podemos leer:

“Eminentes expertos de la onomástica, como Enric Moreu-Rey, han defendido que la inclusión de la conjunción copulativa entre el apellido paterno y el materno, lejos de ser un signo característico de la lengua catalana, es una influencia del castellano (…). Antes del siglo XIX parece que la tendencia más universal dentro del ámbito catalán era usar un solo linaje. En los casos en que aparecen dos apellidos, sobre todo en las clases sociales más elevadas o en mujeres, al menos desde el siglo XVI o XVII, la tendencia dominante es de unirlos mediante la conjunción y (substituida por i solamente desde principios del s. XX con la reforma ortográfica de Pompeu Fabra)”.

Bota de vino


Una bota es un recipiente típico español con forma de gota o lágrima, generalmente de cuero (las mejores son de piel de cabra).
Actualmente su uso ha decaído bastante, pero se considera un referente tradicional de determinadas zonas campestres y actividades como las corridas de toros.

La bota de vino en la cultura española:

En lengua Catalana:

“Aigua de gener (o pluja de gener), omple bótes i graner (o sempre fa bé)”.
Su equivalente en lengua castellana sería: “Agua de enero, todo el año tiene tempero”.

Fuente: Santiago Ángel Saura (1884): Refranero castellano-catalán. Refranes, adagios, proverbios, aforismos, frases proverbiales, etc. Separata del novísimo Diccionario Manual de las lenguas castellana-catalana. Barcelona: Librería de Esteban Pujal, editor.

En lengua castellana:

Cervantes : “El Quijote”:

“...Sancho caminaba muy despacio sobre su jumento, y de cuando en cuando
empinaba la bota con tanto gusto que le pudiera envidiar el más
regalado bodegonero de Málaga...”.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Los Últimos de Filipinas



Los Últimos de Filipinas es el nombre por el que se conoce a los soldados del ejército español que lucharon en el sitio de Baler contra los independentistas filipinos, en la guerra creada por Estados Unidos para la conquista de las últimas colonias españolas en ultramar (Cuba y Filipinas), en lo que fue la Guerra Hispano-Estadounidense, también conocida en España como “el desastre del 98”.

337 días de resistencia fortificados en una iglesia, asediados por las tropas filipinas, negándose a creer que el dominio español de aquellas tierras había terminado.

Sólo cuando quedaron totalmente convencidos que aquel territorio que defendían había dejado de ser territorio nacional aceptaron capitular.

Una vez arriada la bandera, el corneta tocó atención y los sitiados se aprestaron a abandonar su reducto. Los Tenientes Martín Cerezo y Vigil de Quiñones, enarbolando la bandera Española, encabezaban una formación de soldados agotados, que de tres en fondo, y con armas sobre el hombro, abandonaban el último solar español en el Pacífico, desde marzo de 1521. Le hacían pasillo soldados filipinos en posición de firmes, entre asombrados e incrédulos.

El presidente de la recién nacida República Filipina, Emilio Aguinaldo, dictó el siguiente decreto:

“Habiéndose hecho acreedoras de la admiración del mundo las fuerzas españolas que guarnecían el destacamento de Baler, por el valor, la constancia y heroísmo con que aquel puñado de hombres aislados y sin esperanza de auxilio alguno, han defendido su bandera por espacio de un año, realizando una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo; rindiendo culto a las virtudes militares e interpretando los sentimientos del ejército de esta República, que bizarramente les ha combatido, a propuesta de mi Secretario de Guerra y de acuerdo con mi Consejo de Gobierno.

Vengo en disponer lo siguiente:

Artículo único. Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas no serán considerados como prisioneros, sino por el contrario, como amigos; y en su consecuencia, se les proveerá, por la Capitanía General, de los pases necesarios para que puedan regresar a su país.


Dado en Tarlak a 30 de junio de 1899.-El Presidente de la República, Emilio Aguinaldo.- El Secretario de Guerra, Ambrosio Flores”.

De los treinta y tres últimos de Filipinas cuatro fueron catalanes:

Pere Planas Basagañas, de Sant Joande les Abadesses, Gerona (1860-muerto en fecha desconocida)

Josep Pineda Turà, de San Feliu de Codines, Barcelona (1867-1906)

Pere Vila Garganté, de Taltaull, Lérida (1868-1944)

Ramón Mir Brils, de Guisona, Lérida (1876-1932)

Cuatro catalanes dispuestos a morir por defender el honor de España y su bandera.

Víctor Balaguer


“El catalán admite iguales, pero no superiores; acepta monarcas y soberanos, pero no amos y dueños; es asequible al consejo, rebelde al látigo; amante escrupuloso de sus deberes, pero guardador minio de sus derechos; siendo sólo la conciencia de este mismo deber la que a veces le obligó a cumplir con el de rechazar con indignación todo ultraje y todo ataque, viniese de fuera o de dentro, de arriba o de abajo, a su independencia, a sus franquicias, a sus derechos, a sus libertades”.


“Lo que no creo, lo que no espero, lo que avenir no puede, es que llegue a ser jamás un peligro, ni sombra de él siquiera, para desmembraciones imposibles de la gran patria española”.

“No hay, señores Académicos, no hay ningún escritor catalán que no diga con el autor de estas líneas: Dios me conceda morir en el suelo de mi país, oyendo las campanas de la iglesia que festejaron mi nacimiento y mis bodas, viendo los árboles que planté y a que di sombra para que a su vez pudieran dármela; Dios me conceda morir en mi casa solariega, que es tumba de mis padres y cuna de mis hijos; pero Dios no permita que mis ojos puedan cerrarse a la luz sin ver flotar siempre sobre los campos de mi patria, radiante y libre, el pabellón de España”.

Víctor Balaguer, “De la literatura catalana” discurso pronunciado en la Real Academia de la Historia, Madrid, el 10 de octubre de 1875. Páginas 30, 41 y 44.



Víctor Balaguer i Cirera (Barcelona 1824 – Madrid 1901) está considerado como uno de los escritores catalanes más importantes del siglo XIX.

Fue uno de los principales impulsores de la Renaixença, especialmente en la recuperación de los Juegos. Fue el primer profesor en Gay Saber. Cronista de la ciudad de Barcelona puso nombre a las calles de la Eixample que corresponden a los nombres de los territorios, instituciones y personalidades de la corona de Aragón.

A partir de mediados del siglo XIX se incorporó progresivamente en política y destacó come dirigente del Partido Progresista. Participó en la conspiración para derribar a los Borbones motivo por el cual tuvo que exiliarse. Víctor Balaguer fue un miembro muy destacado de la masonería y formó parte en cuatro ocasiones (1871, 1872, 1874, 1886-88) de los gobiernos nacionales, donde ocupó los ministerios de Fomento y Ultramar.
Fue miembro de la Real Academia Española.

Botijo


El botijo es un elemento típico de la cultura española, especialmente, en el tercio sur de la península (Extremadura, La Mancha, Levante y Andalucía). De hecho, difícilmente nos encontraremos una región o comarca que no tenga su botijo, que variará en formas, colores, cerámicas, etc.


Su decadencia se inicia en la segunda mitad del siglo XX con la aparición de los frigoríficos domésticos. En España, donde su uso ha sido tradicional, se sigue manteniendo como elemento ornamental.

En Cataluña se le denomina “càntir”, existiendo una feria anual con el mismo nombre en la localidad barcelonesa de Argentona, así como un museo dedicado de forma exclusiva al estudio y difusión del botijo, con más de 3.000 ejemplares en sus colecciones.

Como centros de botijos catalanes se debe destacar Verdú (Urgel), con sus reputados botijos de barro negro o fumado, y La Bisbal del Ampurdán, con botijos barnizados y decorados.



Botijo popular de La Bisbal del Ampurdán



















Hay un refrán español en lengua catalana que dice:

“El càntir nou fa l'aigua fresca”.

Su equivalente en lengua castellana sería: “La escoba nueva barre bien”.

Fuente: Josep Balbastre i Ferrer (1977): Nou recull de modismes i frases fetes. Barcelona: Ed. Pòrtic.

lunes, 1 de agosto de 2011

Cataluña hizo a Hispania


(…) fue en la Cataluña de ahora donde se inició la romanización intensiva de la Península; fueron los catalanes de entonces quienes más ayudaron al éxito político y espiritual de Roma en España y a su explotación integral de la patria hispana, y fue la gran ciudad, umbilicus político y cultural del país, a la sazón, Tarraco, el centro más activo a la par de romanización y de unificación de los peninsulares.

Sí; Tarragona fue en verdad el puerto y la puerta de Roma en Hispania. Hijos de las tribus que habitaban en el solar de la Cataluña contemporánea formaron cuerpos auxiliares que ayudaron a los generales romanos a vencer y someter a los vascones, a los celtíberos, a los lusitanos y a los otros pueblos de Hispania.
Y en Tarraco se reunieron durante más de trescientos años, en los "concilio" o asambleas provinciales, los representantes de las ciudades y de las tribus, todas de la mayor parte de la Península hispánica; en ellas convivieron anualmente, durante más de tres siglos, gentes venidas de Lugo y de Granada, de Cartagena y de Cantabria, de Vascongadas y de la Mancha, de Braga y del Pirineo aragonés, de Navarra y de Asturias. De la llanura castellana y de los llanos de Valencia, del celtíbero Moncayo y de Sierra Nevada, del Ebro y del Tajo, de Astorga y de Gerona.

Roma hizo a Hispania desde la zona catalana de la tarraconense. Durante los largos siglos de señorío de Roma fue, desde ella y por su intermedio, como se articuló la unidad española. Mucho antes de que Andalucía o Castilla sirvieran de centros catalizadores de la inicial diversidad peninsular había cumplido igual misión la Cataluña de hace dos mil años.

Fuente:
“España, un enigma histórico”, Volumen 2, página 431, Claudio Sánchez Albornoz.

Narciso Monturiol i Estarriol


Nacido el 29 de septiembre de 1819 en Figueras, provincia de Gerona, pasaría a la historia por inventar el submarino, aunque no se desarrollaría por completo durante su vida.

Tras unos estudios jurídicos, por los que no mostró interés, Monturiol se dedicó a las ciencias naturales y a la política. Admirador de Étienne Cabet fundó los primeros periódicos comunistas de España: El Padre de Familia y La Fraternidad. A causa de su participación en los sucesos revolucionarios de 1848 se vio obligado a residir en Francia, de donde regresó poco después para instalarse en Cadaqués.

Fue en dicha localidad gerundense donde, al observar el penoso trabajo de los pescadores de coral, comenzó a reflexionar sobre la construcción de un artefacto que permitiese navegar bajo el agua.

Gracias a las aportaciones de varios amigos logró diseñar y construir en la Barceloneta la nave que bautizó con el nombre de Ictíneo. Tras numerosas pruebas el 23 de septiembre de 1859 se sumergió en Barcelona ante las autoridades y numeroso público. Dado el buen resultado de esta primera prueba, continuó perfeccionando el invento y dándolo a conocer con el fin de obtener ayuda financiera para su desarrollo.

En febrero del año siguiente redactó una memoria sobre los fines perseguidos y los objetivos que iba alcanzando en su trabajo. Éstas son las líneas con las que la concluía.

“¿Qué nos falta para lanzarnos a esta gloriosa conquista? ¿Acaso capitales? Los tenemos sobrados. Personas inteligentes no pueden faltar en nuestra España (…). Creo que nadie duda ya de la regeneración de nuestro país. En otro tiempo la adquisición de las Américas dio renombre a nuestra patria, hizo de nosotros la primera de las naciones; y a pesar de nuestras desgracias, somos la nación que más gloria ha dado a la humanidad. Continuemos, pues, en nuestra grande misión de descubrir nuevos mundos, y digamos a los orgullosos extranjeros que todavía hay el germen de Colón en nuestra patria, y que si entonces produjo grandes hombres, también ahora hará brotar de nuestro suelo nuevos Elcanos, que tanto enaltecieron el nombre español”.

Monturiol se lamentó de la escasa atención que recibió su invento por parte del Ministro de Marina y del director de Ingenieros de dicho Ministerio.

En septiembre de 1860 realizó un nuevo ensayo, esta vez ante el presidente del Gobierno, O´Donnell, quien mostró interés por las posibles aplicaciones militares del invento.

El 29 de enero de 1861 Monturiol dirigió una carta a la reina Isabel II solicitando que su invento fuese expropiado por causa de utilidad pública:

“En el interés del descubrimiento, de su autor, de la Nación y del Gobierno está la publicidad completa, absoluta, de todo lo que constituye el Ictíneo como vehículo submarino; en el exclusivo del Gobierno que representa la Nación, la propiedad y el secreto de sus medios destructores como arma de guerra. La expropiación por causa de utilidad pública es pues un servicio público, una necesidad manifiesta”.

En marzo se efectuó otra prueba en Alicante ante los ministros de Marina y Fomento, varios parlamentarios y una comisión técnica. La prensa dio popularidad a los trabajos de Monturiol, lo que desembocó en una suscripción nacional iniciada en Barcelona que recaudó en toda España las aportaciones de muchos ciudadanos. Pero la ayuda de las instituciones seguía sin llegar, lo que llevó a Monturiol a dirigir una carta a la nación explicando y solicitando ayuda. En la carta, escrita el 2 de abril de 1862, se podía leer:

“El Gobierno no se atreve a acometerla (la navegación submarina), y sin embargo por ella pudiéramos hacer de nuestra patria la primera de las naciones marítimas del globo (…).

¡Ah! Si los españoles aceptaran la responsabilidad que ha declinado el Gobierno, ¡con qué entusiasmo me lanzaría a una empresa que habría merecido la aprobación de mis compatriotas y de quienes habría recibido la fuerza moral y el impulso positivo! En estos momentos deseo que se decida de la vida o muerte del Ictíneo: si la suscripción se abre en todas partes, el Ictíneo se salva. ¿Quién no comprenderá que debo pedir a todos una pequeñísima parte de sus sobrantes?”.

Monturiol constituyó una sociedad por acciones con el objeto de construir un segundo Ictíneo perfeccionado y aumentado, lo que consiguió tras dos años de trabajo. Este segundo ingenio estaba dotado de motor.

El Ampurdanés, periódico de la localidad natal de Monturiol, recogía con estas palabras el éxito de la botadura del Ictíneo II el 2 de octubre de 1864:

“El domingo a la una menos cuarto se botó el nuevo Ictíneo con toda felicidad. Una explosión de vivas y aplausos le acompañaba mientras hendía majestuosamente las aguas (…). Tu segundo Ictíneo será un elemento poderoso de guerra que nuestra nación se apresurará a adoptar desde luego, así como una máquina industrial que más o menos tarde dará irremisiblemente sus frutos (…). ¡Sí, sí!, gritamos también nosotros; sí, sí, nuestros corazones nos lo aseguran y con nosotros responden casi todos los figuerenses, sí, sí, el Ictíneo será tu gloria, Monturiol, nuestra gloria y la gloria de España, gloria cuyo monumento te levantará la patria, cuando la opinión pública no se vea escamoteada”.

A pesar del entusiasmo inicial la desidia gubernamental, el cansancio de quienes habían aportado dinero y esfuerzos y la nula rentabilidad acabaron por hacer fracasar los planes de Monturiol, quien, triste y desengañado, decidiría abandonar sus trabajos submarinos.

El Ictíneo II acabaría vendido como chatarra en 1868.
En 1873 Monturiol fue nombrado director de la Fábrica Nacional del Sello y salió elegido diputado a Cortes.
El resto de su vida lo pasó en la soledad y el anonimato.
Murió en Barcelona el 6 de septiembre de 1885.

Sergi Arola


EL COCINERO NOS CUENTA CÓMO VIVIÓ EL MUNDIAL


“La selección ha creado el fútbol del siglo XXI”



Es justo reconocer el trabajo que Vicente del Bosque ha realizado al frente de la selección española. Es el seleccionador ideal. Soy del Barcelona hasta la médula, pero admiro y respeto a Vicente y sobre todo los valores que abandera, tanto en la selección como en su momento en el Madrid.


Como español, estoy contento de que sea nuestro seleccionador. Tanto es así, que tuve claro que España ganaría el Mundial desde que terminó la Eurocopa, es decir, desde el cambio de filosofía de juego.

Cuando visité mi restaurante Arola 23 en Sao Paulo, antes del Mundial, le dije a mi equipo, todo brasileño, que ganaríamos. Cuando volví tras el Mundial, les regalé una camiseta de España, ya con la estrella de campeones.

La final la vi en casa de unos amigos, con cena previa y muy buen rollo. Ver a Casillas levantar la Copa del Mundo fue un estallido de alegría y orgullo. Sentí una emoción inenarrable, casi igual que cuando marcó Iniesta, aunque debo reconocer que sin ser el que más he celebrado, está entre los cinco primeros, tanto de la selección como del Barça.

Si seguimos fieles a nuestro juego, nos olvidamos de aquellas patrañas de La Furia, seguimos jugando con nuestro propio ADN, creando con la cabeza y queriendo el balón, nos irá muy bien. Creo que tanto el Barcelona como la selección han creado el fútbol del siglo XXI, un juego de atletas, que además de talento, tienen cabeza, creatividad, reflejos y frescura.

Hay que aprovecharlo para marcar un ciclo. Si lo conseguimos, no sería descabellado pensar estar en lo más alto los próximos tres Mundiales. Estaré en Maracaná para ver a España en la final del Mundial de Brasil y espero que ganarla.

http://www.marca.com/2011/06/23/futbol/seleccion/1308836305.html

lunes, 13 de junio de 2011

Què és Espanya?


EL NOSTRE NOM ORIGINAL

"Hispània" prové del fenici i-span-ya (fenici <איספני>), un terme llatinitzat pels romans i el seu ús està documentat des del segon mil•lenni abans de Crist, en inscripcions ugarítiques. (1)

El significat de la paraula Hispània és “illa on es baten metalls”. La “i” tant en hebreu com en fenici, significaria “illa” o “costa”; “Span” de l’arrel spy significaria “revestir de plaques de metall”. La terminació “ya” s’explicaria com a terminació de nom d’ofici, documentat en ugarític. (2)

Els fenicis van ser els primers a batejar-nos i van constituir la primera civilització no ibèrica que va arribar a la península per expandir el seu comerç i que va fundar ciutats com Cadis, Màlaga o Eivissa, entre altres.


ROMA

Amb Roma Espanya aconsegueix la seva primera fórmula d'unitat, cultural i històrica, i política, com a província de l’Imperi.
La dominació romana a Hispània va durar més de sis segles; encara que a la zona càntabra va ser d'uns dos segles menys, tota Hispània va quedar profundament romanitzada; la llengua, la cultura, les lleis, els costums, la religió de Roma es van imposar tan profundament, que les seves petjades encara perduren. (3)

El terme Hispània a més d’al•ludir a un determinat territori, és a dir, a la península i les seves terres adjacents (Illes Balears), feia referència als seus habitants, així com també s'esmentava amb aquesta expressió a una sèrie de costums, més o menys similars, que desenvolupaven els pobladors d’aquestes terres, als quals se’ls anomenava amb el suggestiu terme de hispani. (4)
Com ens explica Luis Suárez Fernández els hispani “seguien sent considerats com una comunitat ben definida dins del variat conjunt mediterrani”. (5)


CAIGUDA DE ROMA, ESPANYA COM A REGNE INDEPENDENT

Amb la caiguda de Roma Espanya passa a ser un Estat independent, un Regne, el Regne visigot espanyol.

L’any 475, Euric rep una espècie d'investidura romana per al conjunt d’Hispània, de mans del penúltim emperador de Roma, convertint-se en el primer rei d’Espanya. (6) Espanya, per tant, adquireix la primera fórmula de la seva unitat històrica de forma independent (després de la unitat romana) de mans d'una Roma agonitzant.

Els visigots, a diferència dels francs, els germans, els angles, els saxons, els burgundis i els llombards, mai van substituir el nom llatí del seu territori per un propi, anomenant al seu regne Hispània. En les acaballes del període visigot el terme Hispània s’abreujava en ocasions fins a convertir-se en Spania i els seus reis eren de vegades denominats “reges Spaniae”. (7)

Els gots assimilen la llengua, la cultura, els costums i la religió dels hispans i, sota les ruïnes de la Hispània romana, funden la Hispània goda.

L'ESPANYA VISIGODA

El Regne visigot espanyol va passar per diverses fases on va aconseguir la unitat cultural, religiosa, territorial i jurídic-política que van convertir al Regne visigot en una nació.

Unitat cultural: els visigots, malgrat ser un dels pobles bàrbars més romanitzats, van trobar a Hispània una societat totalment romanitzada (en la seva immensa majoria) el que va fer que adoptessin la cultura i tradicions dels hispans, inclosa la llengua llatina.
I com a gran representant de la cultura espanyola del Regne visigot tenim a Sant Isidor de Sevilla, que va ser el gran polígraf occidental de la seva època i realment l'erudit espanyol més influent de tots els temps. Sant Isidor es referia al Regne visigot denominant-ho “Pàtria” de “els pobles de tota Espanya”. (8)
Per l’ historiador Jacques Fontaine això va constituir “la gènesi de la ideologia hispà-gòtica”, generant “una espècie de nacionalisme cultural”. (9)

Aquest nacionalisme cultural ho podem trobar en les Etimologies de Sant Isidor de Sevilla, escrites en plena maduresa, entre el 627 i el 630, en les quals podem trobar el seu "De Laude Spaniae", fervent demostració del seu sentiment nacional per Espanya:

"De totes les terres, quantes hi ha des d’Occident fins a l’Índia, tu ets la més bella, oh sacra Espanya, mare sempre feliç de prínceps i de pobles! Bé se't pot dir reina de totes les províncies....; el teu honor i ornament del món, la més il•lustre porció de la terra, en qui la gloriosa fecunditat de la raça goda es recrea i floreix. Natura es va mostrar pròdiga a enriquir-te; tu, exuberant en fruites, plena de vinyes, alegre en messes..., tu abundes de tot, assentada deliciosament en els climes del món, ni torrada per les cremors del sol, ni enrederada per glacial inclemència... Tu vences al Alfeu en cavalls, i al Clitumno en bestiars; no enveges les arbredes i les pastures de Etrúria, ni els boscos d'Arcàdia...
Rica també en fills, produeixes els prínceps imperants, alhora que la porpra i les pedres precioses per adornar-los. Amb raó et va cobejar Roma, cap de les gents, i tot hi que et va esposar la vencedora fortalesa Romulea, després el florentíssim poble god, després de victorioses peregrinacions per altres parts de l'orbe, a tu va estimar, a tu va raptar, i et gaudeix ara amb segura felicitat, entre la pompa règia i el faust de l’Imperi".

Per a Menéndez Pidal aquesta lloança a Espanya “és el cant auroral de l'alosa que acompanya als esposoris d'Espanya amb el poble god i anuncia l’adveniment de la nova nació”. (10)

Sant Isidor va escriure això molts segles abans que existissin Castella, Aragó, Catalunya, València, Portugal... Espanya era, en ple segle VII, la Pàtria, la Nació, dels hispans.

Unitat religiosa: el 8 de maig de 589 en el III Concili de Toledo Recared ratifica la seva conversió al catolicisme. Per al professor Teodoro González aquesta conversió “és l'acte fonamental del regnat de Recared, i per mi, el més important de tota la història d'Espanya per les seves implicacions polítiques i religioses. Es posaven amb ell els fonaments d'una nova nacionalitat espanyola, en aconseguir la unitat religiosa i política del poble invasor i dels habitants hispà-romans de l’Espanya visigoda. Llavors adquireixen tots els habitants d’Espanya la convicció que formen un poble, una nació, eliminant, a més, els obstacles que poguessin existir per arribar a la fusió de races”. (11)

Els visigots van presidir una cultura religiosa enormement desenvolupada per a l’època i van començar a formar un tipus especial d'ideologia i d’identitat règia, de manera que en cert moment del segle VII la monarquia visigoda representava un model polític i religiós tan desenvolupat com uns altres que es podien trobar a Occident. (12)

Unitat territorial: els visigots lluiten per fer fora del seu regne als altres pobles assentats en ell i recuperar així la unitat territorial romana.
Leovigild l'any 585 venç definitivament als sueus, convertint-se en el gran restaurador de la unitat d’Espanya.
Unitat que va consumar el rei visigot Suintila en el 624 en expulsar definitivament als bizantins.

El Regne visigot espanyol era un territori definit amb precisió, en realitat, el primer Estat cristià i europeu a comptar amb una exacta definició geogràfica. Cap dels seus contemporanis la va tenir, ni doctrinal ni territorial. (13)

Unitat jurídic-política: la unitat catòlica, rubricada amb la unitat territorial, va aconseguir el seu zenit amb la unitat jurídica quan en el 654 Recesvint va promulgar el “Liber Iudiciorum” o “Fuero Juzgo” (nom amb el qual va ser traduït en temps de Ferran III de Castella).

El codi comprenia dotze volums que tractaven de forma sistemàtica els aspectes legislatius del Regne. A partir d’aquest moment tant gots com hispans es regirien per les mateixes lleis.
Per fi la població hispana i goda veia culminar el procés de la unificació poblacional. (14)

La primera pedra, d’aquesta unitat poblacional, la va posar Leovigild amb el seu “Codex Revisus”, en 573, suprimint la odiada llei que prohibia els matrimonis mixtos, entre hispans i gots, fet que va produir la unitat ètnica dels dos pobles que va fer desaparèixer les paraules “gothi” i “romani”, substituïdes ara per “hispani”. (15)

El IV concili de Toledo, celebrat al desembre de 633, al•ludia al conjunt de la població, considerant-la part d'una única “gens et pàtria” (poble i pàtria). (16)

El “Fuero Juzgo” va ser el codi jurídic més extens de la seva època, relativament el més complexa, i durant uns sis segles va ser seguit de diverses maneres en tots els estats hispànics, sense excepció. (17)

Com hem vist el mite que Espanya neix amb els Reis Catòlics queda totalment desterrat.

Un cronista de l’època, Mossèn Diego de Valera, es va dirigir a Ferran el Catòlic indicant-li el següent:

“es profetizado de muchos siglos acá que no solamente seréis señor de estos reinos de Castilla y Aragón, que por todo derecho vos pertenecen, más avréis la monarchía de todas las Españas e rreformaréis la silla ymperial de la ínclita sangre de los godos donde venís”. (18)

Clar exemple que el nou Estat creat amb la unió de Castella i Aragó era la recuperació, encara inacabada (faltaven Navarra, Granada i Portugal), de l’antic Estat visigot.


LA PÈRDUA D'ESPANYA

El 19 de juliol de l’any 711, en les ribes del Guadalete, les tropes àrabs i berbers de Tàriq derroten completament a l'exèrcit visigot del rei Roderic, víctima de la traïció dels fills de Vítiza i els seus afins.
Va haver-hi una segona batalla a Écija, on ja no es va repetir la traïció del Guadalete i els invasors van sofrir una gran mortaldat, però van guanyar la batalla.
Tàriq va avançar com una fletxa fins a la capital del Regne, Toledo, on va defraudar als vitizans, que esperaven l'entronització d'un dels seus. Tàriq, que va conquistar Toledo amb l'eficaç cooperació dels jueus, va menysprear als traïdors i va assumir el Regne d’Espanya en nom del califa de Damasc. Era el dia de Sant Martí, 11 de novembre de 711, data que marca la pèrdua d'Espanya. (19)

A la Crònica Mossàrab de l’any 754 podem llegir com “Roderic va perdre miserablement, a més del seu poder, la seva pàtria”. (20)


RECONQUESTA

Amb la Reconquesta es pretenia recuperar la “Espanya perduda” (21), el Regne visigot espanyol, per això els primers reis hispans són nobles visigots, que basen la seva legitimitat en aquesta ascendència. (22)

Fins i tot entre els mossàrabs (cristians en territori musulmà) s’enyorava aquella “Espanya perduda” en el tràgic any 711, com comprovem en la citada Crònica Mossàrab.
La idea de la reunificació hispànica va estar sempre latent durant tota la Reconquesta, i tots els regnes cristians tenien aquest objectiu, com es demostra en els textos històrics. (22)

Els francs diferenciaven els territoris d'Espanya de la resta de les seves possessions i donaven a la part cristiana d'Espanya, que d'ells depenia, unes lleis pròpies i diferents a la resta de territoris. A Espanya la consideraven una unitat política i jurídica diferent a qualsevol dels seus altres territoris. Carlemany i els seus immediats successors van crear un règim especial, de privilegi, l’anomena’t “règim dels hispans”. (23)
El territori hispà conquistat als àrabs pels francs va ser anomenat amb el significatiu nom de Marca Hispànica (origen de Catalunya).


EL CONCEPTE D'ESPANYA

Totes les variants del terme Hispània, tant llatines (Spaniae, Spania…) com en llengua romanç (España, Espanya, Espanha…) signifiquen el mateix i fan al•lusió a tota la nostra península (i les seves terres adjacents, les Illes Balears).
El concepte del terme Espanya comença a desvirtuar-se amb la unió de les corones de Castella i Aragó.
Amb la unitat de les dues Corones molts, des de l’estranger (24), comencen a anomenar “reis d'Espanya” als Reis Catòlics, títol que rebutgen per no ser reis de Navarra i Portugal.

“…Isabel i Ferran (els Reis Catòlics), els qui refusen la titulació de “reis d’Espanya” proposada pel Consell Real una vegada reunida la major part de la península, perquè sense Navarra i Portugal estava incompleta”. (25)

Però molts ja els anomenen reis d’Espanya, amb les consegüents protestes dels reis portuguesos, (26) i així anomenaran als seus successors. El canvi de dinastia (a una dinastia estrangera, els Àustrias) i el gir dels interessos polítics cap a l'Imperi faran la resta.

Fins al segle XVIII els mateixos portuguesos es denominen a ells mateixos espanyols. Així anomena als portuguesos el també portuguès Luis de Camões, el poeta més important de la història en llengua portuguesa, que els defineix com:

"Uma gente fortíssima de Espanha". (27)

Per a més informació: http://portugalhispanico.blogspot.com/

Aquesta identificació del terme Espanya amb la unió de Castella i Aragó (i més tard Navarra) farà que els portuguesos, per diferenciar-se de l'altre Estat peninsular, deixin de anomenar-se espanyols, i amb això perdin gran part de la seva identitat, i el terme Espanya quedi, irremeiablement (o potser no…), desvirtuat.

NOTES:

(1) Mª Cruz Fernández Castro: “La península ibérica en época prerromana”, al capítol “Los inmigrantes fenicios”, pàgina 40.

(2) Jesús Luis Cunchillos: “Nueva etimología de la palabra Hispania”, Actas del IV Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos, Vol. I, Cádiz 2000, pàgines 217-225.

(3) Marcelo Capdeferro: “Otra historia de Cataluña”, pàgina 20.

(4) Julio Valdeón Baruque: “La Reconquista”, pàgina 24.

(5) Luis Suárez Fernández: “Hispania: los fundamentos de la Nación española”, a la Real Academia de la Historia, España como nación, pàgina 21.

(6) Ricardo de la Cierva: “Historia total de España”, pàgines 125 y 126.

(7) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, pàgina 81.

(8) Jacques Fontaine: “Isidoro de Sevilla”, pàgina 284.

(9) Jacques Fontaine: “Culture et spiritualité en Espagne du IV au VII siècle”, pàgina 38.

(10) Ramón Menéndez Pidal: “España y su historia”, Vol. I, pàgina 213.

(11) Ricardo García Villoslada, Manuel Sotomayor, Teodoro González García, Pablo López de Osaba: “Historia de la Iglesia en España: La Iglesia en la España romana y visigoda siglos I-VIII”.

(12) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, pàgina 82.

(13) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, pàgina 81.

(14) Juan Antonio Cebrián: “La aventura de los godos”, pàgina 187.

(15) Vicente Ángel Álvarez Palenzuela (Coord.): “Historia de España de la Edad Media”, pàgina 49.

(16) Gonzalo Martínez Díez y Félix Rodríguez Barbero: “La Colección Canónica Hispana”, Vol. V, pàgines 248-253.

(17) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, pàgina 79.

(18) Julio Valdeón Baruque: “La Reconquista”, pàgina 174.

(19) Ricardo de la Cierva: “Historia total de España”, pàgines 150 y 151.

(20) John V. Tolan: “Sarracenos”, pàgina 111.

(21) Jesús Laínz: “Adiós, España”, pàgina 82: El lament per l’Espanya perduda a Guadalete, que ja trobem a la Crònica Mossàrab de l'any 754, va ser compartit per tots els peninsulars, d'una punta a l'altra. El navarrès Rodrigo Jiménez de Rada (1170-1247) va escriure: “Ai dolor! (…) aquest regne tan notable, tan distingit, brandada contra si mateix la pròpia espasa (…) es va esfondrar en els prolegòmens d'un sol atac. I van ser conquistades totes les ciutats d’Espanya”.

(22) Luis Íñigo Fernández: “España: historia de una nación inacabada”, pàgina 134: Els textos pioners d'aquella rudimentària historiografia medieval, que daten de finals del segle IX, la “Crònica Albeldense” i la “Crònica d’Alfons III”, legitimen ja als primers reis sobre la base de la continuïtat dinàstica respecte als seus predecessors gots; descriuen la derrota de don Roderic a Guadalete com la “pèrdua d’Espanya” i defineixen amb claredat meridiana el seu programa polític: la “Hispaniae salus”, “la salvació d’Espanya”.

(23) Ferran Soldevila: “Història de Catalunya”, pàgina 37.

(24) Julio Valdeón Baruque: “La Reconquista”, pàgina 177: “Molt significatiu va ser el que va dir el conegut humanista italià Pere Màrtir d’Angleria, qui va acabar assentant-se en terres hispanes: `Reis d’Espanya diem a Ferran i Isabel perquè posseeixen el cos d’Espanya; i no obsta, perquè no els diem així, el que falta d'aquest cos dos ditets, com són Navarra i Portugal´”.

(25) Fernando García de Cortázar y José Manuel González Vesga: "Breve Historia de España", pàgina 29.

(26) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, pàgina 166: “Ferran (el Catòlic), per exemple, va parlar de la Corona d'Espanya durant un acte públic en 1514. En aquestes rares ocasions la Corona de Portugal mai trigava a presentar les seves queixes, perquè la idea que el terme Espanya al•ludia a tota la Península seguia estant molt arrelada, i així es mantindria fins a ben entrat el segle XVIII”. (…) “Fins a on jo sé, l'última gran ocasió en la qual la Corona portuguesa va qüestionar la utilització de les expressions Corona d’Espanya o Monarquia d’Espanya per al•ludir als governants de Madrid va ser en l’època de la Pau de Utrecht de 1714”.

(27) Luís de Camões: “Os Lusíada”, (1572) Canto I, estrofa XXXI.

¿Qué es España?


NUESTRO NOMBRE ORIGINAL

"Hispania" proviene del fenicio i-span-ya (fenicio <איספני>), un término latinizado por los romanos y cuyo uso está documentado desde el segundo milenio antes de Cristo, en inscripciones ugaríticas. (1)

El significado de la palabra Hispania es “isla donde se baten metales”. La “i” tanto en hebreo como en fenicio, significaría “isla” o “costa”; “Span” de la raíz spy significaría “revestir de placas de metal”. La terminación “ya” se explicaría como terminación de nombre de oficio, documentado en ugarítico. (2)

Los fenicios fueron los primeros en bautizarnos y constituyeron la primera civilización no ibérica que llegó a la península para expandir su comercio y que fundó ciudades como Cádiz, Málaga o Ibiza, entre otras.


ROMA

Con Roma España alcanza su primera fórmula de unidad, cultural e histórica, y política, como provincia del Imperio.

La dominación romana en Hispania duró más de seis siglos; aunque en la zona cántabra fue de unos dos siglos menos, toda Hispania quedó profundamente romanizada; la lengua, la cultura, las leyes, las costumbres, la religión de Roma se impusieron tan hondamente, que sus huellas aún perduran. (3)

El término Hispania además de aludir a un determinado territorio, es decir, a la península y sus tierras adyacentes (Islas Baleares), hacía referencia a sus habitantes, así como también se mencionaba con esa expresión a una serie de costumbres, más o menos similares, que desarrollaban los pobladores de esas tierras, a los que se llamaba con el sugestivo término de hispani. (4)
Como nos explica Luis Suárez Fernández los hispani “seguían siendo considerados como una comunidad bien definida dentro del variado conjunto mediterráneo”. (5)


CAIDA DE ROMA, ESPAÑA COMO REINO INDEPENDIENTE

Con la caída de Roma España pasa a ser un Estado independiente, un Reino, el Reino visigodo español.

En el año 475, Eurico recibe una especie de investidura romana para el conjunto de Hispania, de manos del penúltimo emperador de Roma, convirtiéndose en el primer rey de España. (6) España, por tanto, adquiere la primera fórmula de su unidad histórica de forma independiente (tras la unidad romana) de manos de una Roma agonizante.

Los visigodos, a diferencia de los francos, los germanos, los anglos, los sajones, los borgoñeses y los lombardos, nunca sustituyeron el nombre latino de su territorio por uno propio, llamando a su reino Hispania. En las postrimerías del periodo visigodo el término Hispania se abreviaba en ocasiones hasta convertirse en Spania y sus reyes eran a veces denominados “reges Spaniae”. (7)

Los godos asimilan la lengua, la cultura, las costumbres y la religión de los hispanos y, bajo las ruinas de la Hispania romana, fundan la Hispania goda.


LA ESPAÑA VISIGODA

El Reino visigodo español pasó por varias fases donde alcanzó la unidad cultural, religiosa, territorial y jurídico-política que convirtieron al Reino visigodo en una nación.

Unidad cultural: los visigodos, a pesar de ser uno de los pueblos bárbaros más romanizados, encontraron en Hispania una sociedad totalmente romanizada (en su inmensa mayoría) lo que hizo que adoptaran la cultura y tradiciones de los hispanos, incluida la lengua latina.

Y como gran representante de la cultura española del Reino visigodo tenemos a San Isidoro de Sevilla, que fue el gran polígrafo occidental de su época y realmente el erudito español más influyente de todos los tiempos. San Isidoro se refería al Reino visigodo denominándolo “Patria” de “los pueblos de toda España”. (8)
Para el historiador Jacques Fontaine esto constituyó “la génesis de la ideología hispano-gótica”, generando “una especie de nacionalismo cultural”. (9)

Este nacionalismo cultural lo podemos encontrar en las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, escritas en plena madurez, entre el 627 y el 630, en las que podemos encontrar su "De Laude Spaniae", ferviente demostración de su sentimiento nacional por España:

"De todas las tierras, cuantas hay desde Occidente hasta la India, tú eres la más hermosa, ¡oh sacra España, madre siempre feliz de príncipes y de pueblos! Bien se te puede llamar reina de todas las provincias....; tu honor y ornamento del mundo, la más ilustre porción de la tierra, en quien la gloriosa fecundidad de la raza goda se recrea y florece. Natura se mostró pródiga en enriquecerte; tú, exuberante en frutas, henchida de vides, alegre en mieses..., tú abundas de todo, asentada deliciosamente en los climas del mundo, ni tostada por los ardores del sol, ni arrecida por glacial inclemencia... Tú vences al Alfeo en caballos, y al Clitumno en ganados; no envidias los sotos y los pastos de Etruria, ni los bosques de Arcadia...
Rica también en hijos, produces los príncipes imperantes, a la vez que la púrpura y las piedras preciosas para adornarlos. Con razón te codició Roma, cabeza de las gentes, y aunque te desposó la vencedora fortaleza Romulea, después el florentísimo pueblo godo, tras victoriosas peregrinaciones por otras partes del orbe, a ti amó, a ti raptó, y te goza ahora con segura felicidad, entre la pompa regia y el fausto del Imperio".

Para Menéndez Pidal esta alabanza a España “es el canto auroral de la alondra que acompaña a los desposorios de España con el pueblo godo y anuncia el advenimiento de la nueva nación”. (10)

San Isidoro escribió esto muchos siglos antes de que existieran Castilla, Aragón, Cataluña, Valencia, Portugal... España era, en pleno siglo VII, la Patria, la Nación, de los hispanos.

Unidad religiosa: el 8 de mayo de 589 en el III Concilio de Toledo Recaredo ratifica su conversión al catolicismo. Para el profesor Teodoro González esta conversión “es el acto fundamental del reinado de Recaredo, y para mí, el más importante de toda la historia de España por sus implicaciones políticas y religiosas. Se ponían con él los cimientos de una nueva nacionalidad española, al lograr la unidad religiosa y política del pueblo invasor y de los habitantes hispano-romanos de la España visigoda. Entonces adquieren todos los habitantes de España la convicción de que forman un pueblo, una nación, eliminándose, además, los obstáculos que pudieran existir para llegar a la fusión de razas”. (11)

Los visigodos presidieron una cultura religiosa enormemente desarrollada para la época y empezaron a formar un tipo especial de ideología y de identidad regia, de manera que en cierto momento del siglo VII la monarquía visigoda representaba un modelo político y religioso tan desarrollado como otros que se podían encontrar en Occidente. (12)

Unidad territorial: los visigodos luchan por echar de su reino a los demás pueblos asentados en él y recuperar así la unidad territorial romana.
Leovigildo en el año 585 vence definitivamente a los suevos, convirtiéndose en el gran restaurador de la unidad de España.
Unidad que consumó el rey visigodo Suintila en el 624 al expulsar definitivamente a los bizantinos.

El Reino visigodo español era un territorio definido con precisión, en realidad, el primer Estado cristiano y europeo en contar con una exacta definición geográfica. Ninguno de sus contemporáneos la tuvo, ni doctrinal ni territorial. (13)

Unidad jurídico-política: la unidad católica, rubricada con la unidad territorial, alcanzó su cénit con la unidad jurídica cuando en el 654 Recesvinto promulgó el “Liber Iudiciorum” o “Fuero Juzgo” (nombre con el que fue traducido en tiempos de Fernando III de Castilla).

El código comprendía doce volúmenes que trataban de forma sistemática los aspectos legislativos del Reino. A partir de ese momento tanto godos como hispanos se regirían por las mismas leyes.

Por fin la población hispana y goda veía culminar el proceso de la unificación poblacional. (14)
La primera piedra, de esa unidad poblacional, la puso Leovigildo con su “Codex Revisus”, en 573, suprimiendo la odiada ley que prohibía los matrimonios mixtos, entre hispanos y godos, hecho que produjo la unidad étnica de los dos pueblos que hizo desaparecer las palabras “gothi” y “romani”, sustituidas ahora por “hispani”. (15)

El IV concilio de Toledo, celebrado en diciembre de 633, aludía al conjunto de la población, considerándola parte de una única “gens et patria” (pueblo y patria). (16)

El Fuero Juzgo fue el código jurídico más extenso de su época, relativamente el más complejo, y durante unos seis siglos fue seguido de diversas maneras en todos los estados hispánicos, sin excepción. (17)

Como hemos visto el mito de que España nace con los Reyes Católicos queda totalmente desterrado.

Un cronista de la época, Mosén Diego de Valera, se dirigió a Fernando el Católico indicándole lo siguiente:

“es profetizado de muchos siglos acá que no solamente seréis señor de estos reinos de Castilla y Aragón, que por todo derecho vos pertenecen, más avréis la monarchía de todas las Españas e rreformaréis la silla ymperial de la ínclita sangre de los godos donde venís”. (18)

Claro ejemplo de que el nuevo Estado creado con la unión de Castilla y Aragón era la recuperación, aún inacabada (faltaban Navarra, Granada y Portugal), del antiguo Estado visigodo.


LA PÉRDIDA DE ESPAÑA

El 19 de julio del año 711, en las orillas del Guadalete, las tropas árabes y bereberes de Táriq derrotan completamente al ejército visigodo del rey Rodrigo, víctima de la traición de los hijos de Vitiza y sus allegados.
Hubo una segunda batalla en Écija, donde ya no se repitió la traición del Guadalete y los invasores sufrieron una gran mortandad, pero ganaron la batalla.
Táriq avanzó como una flecha hasta la capital del Reino, Toledo, donde defraudó a los vitizanos, que esperaban la entronización de uno de los suyos. Táriq, que conquistó Toledo con la eficaz cooperación de los judíos, despreció a los traidores y asumió el Reino de España en nombre del califa de Damasco. Era el día de San Martín, 11 de noviembre de 711, fecha que marca la pérdida de España. (19)

En la Crónica Mozárabe del año 754 podemos leer como “Rodrigo perdió miserablemente, además de su poder, su patria”. (20)


RECONQUISTA

Con la Reconquista se pretendía recuperar la “España perdida” (21), el Reino visigodo español, por eso los primeros reyes hispanos son nobles visigodos, que basan su legitimidad en esa ascendencia. (22)
Incluso entre los mozárabes (cristianos en territorio musulmán) se añoraba aquella “España perdida” en el trágico año 711, como comprobamos en la citada Crónica Mozárabe.
La idea de la reunificación hispánica estuvo siempre latente durante toda la Reconquista, y todos los reinos cristianos tenían ese objetivo, como se demuestra en los textos históricos. (22)

Los francos diferenciaban los territorios de España del resto de sus posesiones y daban a la parte cristiana de España, que de ellos dependía, unas leyes propias y diferentes al resto de territorios. A España la consideraban una unidad política y jurídica diferente a cualquiera de sus otros territorios. Carlomagno y sus inmediatos sucesores crearon un régimen especial, de privilegio, el llamado “régimen de los hispanos”. (23)
El territorio hispano conquistado a los árabes por los francos fue llamado con el significativo nombre de Marca Hispánica (origen de Cataluña).


EL CONCEPTO DE ESPAÑA

Todas las variantes del término Hispania, tanto latinas (Spaniae, Spania…) como en lengua romance (España, Espanya, Espanha…) significan lo mismo y hacen alusión a toda nuestra península (y sus tierras adyacentes, las Islas Baleares).
El concepto del término España empieza a desvirtuarse con la unión de las coronas de Castilla y Aragón.
Con la unidad de las dos Coronas muchos, desde el extranjero (24), empiezan a llamar “reyes de España” a los Reyes Católicos, título que rechazan por no ser reyes de Navarra y Portugal.

“…Isabel y Fernando (los Reyes Católicos), quienes rehúsan la titulación de “reyes de España” propuesta por el Consejo Real una vez reunida la mayor parte de la península, porque sin Navarra y Portugal estaba incompleta”. (25)

Pero muchos ya les llaman reyes de España, con las consiguientes protestas de los reyes portugueses, (26) y así llamarán a sus sucesores. El cambio de dinastía (a una dinastía extranjera, los Austrias) y el giro de los intereses políticos hacia el Imperio harán el resto.

Hasta el siglo XVIII los mismos portugueses se denominan a ellos mismos españoles. Así llama a los portugueses el también portugués Luis de Camões, el poeta más importante de la historia en lengua portuguesa, que los define como:

"Uma gente fortíssima de Espanha". (27)

Para más información: http://portugalhispanico.blogspot.com/

Ésta identificación del término España con la unión de Castilla y Aragón (y más tarde Navarra) hará que los portugueses, para diferenciarse del otro Estado peninsular, dejen de llamarse españoles, y con ello pierdan gran parte de su identidad, y el término España quede, irremediablemente (o quizás no…), desvirtuado.


NOTAS:

(1) Mª Cruz Fernández Castro: “La península ibérica en época prerromana”, en el capítulo “Los inmigrantes fenicios”, página 40.

(2) Jesús Luis Cunchillos: “Nueva etimología de la palabra Hispania”, Actas del IV Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos, Vol. I, Cádiz 2000, páginas 217-225.

(3) Marcelo Capdeferro: “Otra historia de Cataluña”, página 20.

(4) Julio Valdeón Baruque: “La Reconquista”, página 24.

(5) Luis Suárez Fernández: “Hispania: los fundamentos de la Nación española”, en la Real Academia de la Historia, España como nación, página 21.

(6) Ricardo de la Cierva: “Historia total de España”, páginas 125 y 126.

(7) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, página 81.

(8) Jacques Fontaine: “Isidoro de Sevilla”, página 284.

(9) Jacques Fontaine: “Culture et spiritualité en Espagne du IV au VII siècle”, página 38.

(10) Ramón Menéndez Pidal: “España y su historia”, Vol. I, página 213.

(11) Ricardo García Villoslada, Manuel Sotomayor, Teodoro González García, Pablo López de Osaba: “Historia de la Iglesia en España: La Iglesia en la España romana y visigoda siglos I-VIII”.

(12) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, página 82.

(13) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, página 81.

(14) Juan Antonio Cebrián: “La aventura de los godos”, página 187.

(15) Vicente Ángel Álvarez Palenzuela (Coord.): “Historia de España de la Edad Media”, página 49.

(16) Gonzalo Martínez Díez y Félix Rodríguez Barbero: “La Colección Canónica Hispana”, Vol. V, páginas 248-253.

(17) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, página 79.

(18) Julio Valdeón Baruque: “La Reconquista”, página 174.

(19) Ricardo de la Cierva: “Historia total de España”, páginas 150 y 151.

(20) John V. Tolan: “Sarracenos”, página 111.

(21) Jesús Laínz: “Adiós, España”, página 82: El lamento por la España perdida en Guadalete, ya encontrable en la Crónica Mozárabe del año 754, fue compartido por todos los peninsulares, de una punta a la otra. El navarro Rodrigo Jiménez de Rada (1170-1247) escribió: “¡Ay dolor! (…) este reino tan notable, tan distinguido, blandida contra sí mismo la propia espada (…) se derrumbó en los prolegómenos de un solo ataque. Y fueron conquistadas todas las ciudades de España”.

(22) Luis Íñigo Fernández: “España: historia de una nación inacabada”, página 134: Los textos pioneros de aquella rudimentaria historiografía medieval, que datan de fines del siglo IX, la “Crónica Albeldense” y la “Crónica de Alfonso III”, legitiman ya a los primeros reyes sobre la base de la continuidad dinástica respecto a sus predecesores godos; describen la derrota de don Rodrigo en Guadalete como la “pérdida de España” y definen con claridad meridiana su programa político: la “Hispaniae salus”, “la salvación de España”.

(23) Ferran Soldevila: “Història de Catalunya”, página 37.

(24) Julio Valdeón Baruque: “La Reconquista”, página 177: “Muy significativo fue lo que dijo el conocido humanista italiano Pedro Mártir de Anglería, quien terminó asentándose en tierras hispanas: `Reyes de España llamamos a Fernando e Isabel porque poseen el cuerpo de España; y no obsta, para que no los llamemos así, el que falta de este cuerpo dos dedillos, como son Navarra y Portugal´”.

(25) Fernando García de Cortázar y José Manuel González Vesga: "Breve Historia de España", página 29.

(26) Stanley G. Payne: “España, una historia única”, página 166: “Fernando (el Católico), por ejemplo, habló de la Corona de España durante un acto público en 1514. En esas raras ocasiones la Corona de Portugal nunca tardaba en presentar sus quejas, porque la idea de que el término España aludía a toda la Península seguía estando muy arraigada, y así se mantendría hasta bien entrado el siglo XVIII”. (…) “Hasta donde yo sé, la última gran ocasión en la que la Corona portuguesa cuestionó la utilización de las expresiones Corona de España o Monarquía de España para aludir a los gobernantes de Madrid fue en la época de la Paz de Utrecht de 1714”.

(27) Luís de Camões: “Os Lusíada”, (1572) Canto I, estrofa XXXI.